Lo que Daddy te da son caricias especiales... nunca nadie te tocará como te toca Daddy, nadie más hará que tu piel se sonroje y tu labio tiemble, que tus piernas flaqueen y necesites sus brazos como un naufrago una balsa en alta mar... Son las caricias que solo guarda para su niña, para despertar la curiosidad y los deseos que duermen en ti.
Daddy te da regalos, te lleva al parque un Domingo y te compra el helado de tres bolas que más te gusta para el camino, aunque sabe perfectamente que tendrá que terminárselo Él. Pasea contigo agarrando tu pequeña manita con seguridad y calidez, vigila donde pisas y no deja que tropieces o que cruces la calle sin mirar, reteniendo tu intrépido y temerario paso. Y llegas al parque y ríes mientras charláis de trivialidades o cuando te columpia hasta lo más alto.
Daddy te ama... Daddy te hace sentir tremendamente especial... satisface una parte de tu interior que nadie sabía ver... que usaban de forma lasciva y desagradable haciéndote sentir sucia... pero el no... El promete atesorar esa parte inocente y pura de tu sentir, que casi como una personalidad reprimida se deshace en sonrisas y suspiros de felicidad cuando la tomas en brazos...
Un día preguntarás si puedes casarte con Daddy y él se echará a reír... te prometerá que estaréis juntos para siempre y sellará su promesa con el dedito... Y esa noche en la cama mientras lo abrazas te dará esas caricias especiales que tanto disfrutas... los besos en tus pequeños labios que cortan tu aliento... Y alimentará tus suspiros convirtiéndolos en gemidos, acelerando tu pequeño corazón sin que entiendas muy bien que son esas cosquillas tan dulces que sientes entre tus muslos... Daddy sonreirá y te acariciará el pelo mientras te apoya sobre su pecho sin cesar sus caricias demostrándote que es lo que sientes.
Utilizará palabras sencillas... te hablará del amor que os profesáis, de como esas caricias simbolizan ese amor, de como cuando Daddy se pone feliz su cosita se endurece y el roce o las caricias de tu mano lo hacen feliz. De como tener dentro a Daddy te hará sentir la nenita más feliz del mundo. Toda esa dulzura abrirá ante ti el camino del amor y la confianza... de la comprensión... de la curiosidad y el deseo de que Daddy te enseñe cosas nuevas, sumergiéndote en su lujuria, en su amor... pero al ser una niña tu vergüenza es vencida por tu curiosidad a duras penas... y eso requerirá de la paciencia de Daddy en ciertas cosas... sin embargo solo por el hecho de hacerlo feliz siempre que seas capaz de llevarlo a cabo serás incapaz de rechazar la necesidad de obedecer...
No obstante será inevitable que ocasionalmente te sientas especialmente traviesa... y será divertido pinchar a Daddy... saltar sobre sus rodillas... hacerle cosquillas... esconderle los juguetes que hacen pupa... Y al principio Daddy te seguirá el juego... será divertido... pero cuando su semblante se torne serio sabrás que tus juegos han sobrepasado el límite de lo correcto... y... glups!
Daddy podrá quitarte los juguetes que tanto te gustan... podrá prohibirte ver la tele o acostarte tarde... te obligará a comer tus verduras o ese plato que tan poco te gusta y tan necesario es para ti... se sentará contigo a ayudarte a hacer tus deberes o a estudiar pese a lo mucho que deseas jugar con él...
Daddy te pondrá sobre sus rodillas y te azotará... notaras ese picor y ese ardor en tu culito y la vergüenza y la decepción de haber sido una niña traviesa... pero eso no significa que Daddy ya no te ame! Todo lo contrario... Daddy te castiga para educarte... Daddy acaricia tu culito maltrecho y le dará besitos... pondrá cremita y soplará sobre el para que sane pronto y te cuidará como la princesa que eres para después abrazarte y hablar sobre lo sucedido...
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